PUEBLO A PUEBLO- Concha Medina, una de aquellas mujeres de Hermigua

Concha Medina, una de aquellas mujeres de Hermigua
13/oct/08 07:20
Y no terminamos nuestro periplo por La Gomera. Hoy salimos de San Sebastián y nos dirigimos al municipio norteño de Hermigua. Allí compartimos unas horas de tertulia con la entrañable carnicera Concha Medina, una de aquellas grandes mujeres de Hermigua.
Concha Medina nace en el seno de una familia de medianeros en 1927. La Villa de Hermigua ha visto crecer a esta mujer que ha observado desde su pueblo natal los cambios que ha sufrido el oficio de carnicera al que ella tantos años dedicó. "Hoy voy a la carnicería, veo los lujos que tienen y me asombran, pero en esta sociedad no existe la tranquilidad de antes", comenta.
Ristras de una perra
A pesar de los años transcurridos, nuestra protagonista guarda en su memoria la Villa de su infancia. "Aquí sólo había dos casas, la de la Viuda y la de don Telesforo, el resto eran guritos", declara nuestra fuente oral.
En el recorrido pueblo a pueblo, son muchas las ocasiones en las que nuestros mayores rememoran tiempos de una infancia dedicada al trabajo. "Tuve que trabajar desde que eché los dientes", nos asegura. Concha recuerda que con ocho años tuvo que dedicar las horas del día a ayudar en las labores familiares.
Nuestra protagonista, no queriendo abandonar la escuela, tuvo que compaginarla con el trabajo, sacrificándose diariamente para poder llevar a cabo ambas tareas. "Antes de ir a la escuela tenía que recoger riestras de plátanos para venderlas a una perra. También me recorría el monte descalza en busca de leña para cocinar". ¡Qué tiempos aquellos!
Concha no olvida el gran sacrificio que le supuso esta etapa, pero se muestra muy satisfecha de no haber abandonado la escuela porque allí "aprendí cosas que han sido valiosas para mi vida. Y gracias al dinero obtenido en el trabajo me pude comprar un pizarrín para llevar a la escuela".
Matar reses en la playa
Llegados los años 50, Concha y su marido se aventuran en el negocio de la carnicería, abriendo la primera carnicería de Hermigua en 1952. De aquellos comienzos, nuestra protagonista recuerda de forma especial la inexistencia del matadero: "Hasta 1970 no se comenzó a utilizar el matadero e íbamos a matar las reses en la playa".
Nuestra fuente oral de hoy asegura que el trabajo diario era muy duro, dedicando día y noche al negocio. La matanza de las reses, la venta y el transporte de las mismas eran tareas que en el oficio había que hacer a diario. Concha ayudaba a su marido a matar las reses y después se dedicaba a cargar el camión con el que transportaban la mercancía. "Muchas veces mi marido iba caminando a Vallehermoso, pero en otras ocasiones hablábamos con Benito Mesa para que a cambio de un kilo de carne nos transportara las piezas en su camión", comenta el "canje", hecho habitual en aquellos días.
Refiriéndose aún a las variaciones vividas por el sector, Concha asegura que los mayores cambios se han dado durante las últimas décadas. "Antes la carne cochino casi no se vendía porque todos tenían cochinos y la matanza la hacía cada uno en su casa, siendo vacuno del país la carne más comprada, y fíjese ahora cómo se vende cochino en las carnicerías", afirma.
En la actualidad, Concha observa desde el puesto del mercado de San Sebastián donde instaló su negocio en 1975 de qué forma uno de sus hijos continúa con la labor carnicera: "Desde pequeño siempre ha estado en la carnicería y hoy sigue con el oficio", comenta con añoranza. Nosotros nos despedimos de Concha Medina y todavía continuaremos nuestro pueblo a pueblo desde La Gomera el próximo lunes. Les esperamos.
DOCUMENTACIÓN:ITAMAR BARRETO Y NATALIA PAIS. FUENTE: ANSINA.

EXTRAIDO DE EL DIA