LA PRIMITIVA PARROQUIA DE SAN MARCOS DE AGULO: SÍNTESIS HISTÓRICA






Gomeraactualidad.com/Opinión por Pablo Jerez Sabater.-Quizá la primitiva ermita se haya erigido con la primera fundación de Agulo en 1607, siendo de pequeñas dimensiones y de pobre fábrica. Acerca del por qué de la elección de San Marcos como patrono bajo el que colocar la advocación de esta ermita es posible que los primeros pobladores provenientes de la región de Daute en Tenerife, sintiesen especial devoción por el Santo titular de Icod, y tratasen de llevar una imagen con ellos y colocarla en este pequeño recinto durante estos primeros momentos del siglo XVII. Así pues, nos parece que quizá en sus comienzos sólo existiese esta figura (probablemente habría sido de factura popular) y alguna pieza de orfebrería de carácter litúrgico.

Esta primitiva ermita, hasta que se eleva en parroquial, estuvo adscrita a la parroquia de La Encarnación de Hermigua[1], ofreciéndose sin duda como ayuda a este núcleo durante varias décadas. Tenía una sola nave de forma rectangular con dos modestos altares y sin cuerpo de campanas. Por otro lado carecía de sacristía y de separación interior entre nave única y capilla mayor. La única iluminación existente era de una ventana, aparte de la portada de acceso, jalonada probablemente por dos o tres escalones que facilitarían el acceso al interior del recinto. Existe la posibilidad de que tuviese una segunda puerta en el flanco derecho de la misma[2] si bien no nos atrevemos a aseverar este dato, ya que carecemos de la documentación pertinente que nos permita corroborarlo; sin embargo entendemos como plausible esta información.

En 1705 se fabricarán unas gradas[3] y esto hará que se eleve considerablemente el altar mayor donde se colocará la Virgen de la Merced, existente en Agulo al menos desde 1680[4]. Poco a poco la iglesia ser irá adecentando y en 1725 la Capilla Mayor contará con un nicho donde se colocarán las imágenes de la referida Merced, vestida con su corona de plata y manto de raso; otra de San Juan Bautista, de madera y con corona de plata; San Bartolomé con diadema de plata también y de San Marcos, patrono del lugar de idénticas características[5].

Precisamente esta pequeña ermita contaba con otro altar dedicado esta vez a Nuestra Señora del Carmen, de gran devoción entre las gentes de mar, colocada en un nicho de madera al que acompañaba un San Cayetano de madera, obra que posiblemente fuera donada por algún vecino ya que no es especialmente común la devoción al Santo de Vicenza (1480-1547). Estas dos piezas, unidas a un San Antonio de Padua, aparecen nombradas por primera vez hacia 1690. La Virgen del Carmen sabemos que era de vestir, con tafetán violeta y corona de estaño[6].

Sobre la imagen de Nuestra Señora de la Merced, imagen sin duda de gran devoción en Agulo, hemos de decir que se trata de una de las pocas obras que sobreviven de la primitiva ermita. Se trata de una pieza totalmente tallada en madera la cual se encuentra vestida ya que, anatómicamente presenta algunos fallos, motivados sin duda por la disposición a ser de vestir. El rostro es dulce, grácil, de agradables formas y grandes ojos vivos. Tiene el rostro sereno y contempla al frente mientras sostiene al Niño[7], con corona de plata, en su mano izquierda, que juega y mira a la cara su Madre. Viste hábito mercederario blanco con un escudo de la orden colgado en su cuello.

Una referencia debemos de hacer a la imagen de San Juan Bautista. Aunque no creemos que se trate la actual conservada de la existente en esta primitiva ermita, sí se trata de una imagen bastante antigua, probablemente del siglo XVII realizada por algún devoto ya que es una obra muy rudimentaria y de factura muy popular. Sin embargo, su valor reside en el testimonio que como devoción tuvo San Juan no sólo en Agulo, sino también en la comarca de Daute, lugar originario de los primeros pobladores del municipio.

Aunque la iglesia se adecentaría durante estas primeras décadas del siglo XVII con otras imágenes como la de Nuestra Señora de la Candelaria, Santa Isabel de Hungría o un Niño Jesús[8], seguirá siendo una ermita aún bastante pobre.

Una fecha clave para la renovación de la ermita fue la elevación de San Marcos en parroquia independiente de Hermigua en 1739, siendo Obispo Manuel Dávila. Su primer párroco fue Don Manuel Rodríguez Casanova[9]. A la nave única se le va a añadir una capilla colateral en el lado del evangelio donde se colocará un altar dedicado a la Virgen de la Merced. Éste se encuentra empezado en 1758 y se terminarán en 1762 siendo la dotación económica del proyecto sufragada por el dicho párroco Casanova como agradecimiento por su liberación en tierras africanas. Tal y como extracta don Julio Rodríguez de las crónicas del misionero Medinilla, en esta capilla se colocó un retablo muy decente como no ay otro en la Isla[10].

Precisamente en estos momentos se colocará un nuevo mobiliario en la Capilla Mayor, con un retablo, sagrario y tabernáculo de madera marmoleado[11] que acompañaba a un Cristo[12] crucificado que identificamos con el que hoy se encuentra en una urna de cristal como yacente en la capilla del Calvario. Se trata de una talla de madera del siglo XVIII, con brazos articulados y anatómicamente muy correcto. Cristo aparece ya muerto, con el cuerpo hundido e inerte. Su rostro refleja la serenidad de la muerte plácida y el tratamiento de los cabellos es de buena factura. Así mismo, la policromía es interesante, siendo más notoria desde su restauración.

En estos momentos existía además otro retablo dedicado a la Ánimas[13] Benditas del Purgatorio, devoción muy común y que solía existir en multitud de parroquias, como por ejemplo en la Asunción de San Sebastián. Éste poseía un altar pintado y un lienzo, presidiendo el conjunto una talla de San Cayetano, la misma posiblemente existente desde finales del XVII en el altar del Carmen. Así pues, tras lo infortunios acaecidos con un temporal de lluvias en 1770, la iglesia quedará en un estado que amenazará ruina y que necesitará de importantes reformas que durantes los siguientes años conllevará la creación de la nueva capilla en el lado de la epístola y el adecentamiento del tabernáculo.

En el siglo XIX no habrá muchos cambios al respecto de la situación que hemos descrito anteriormente. En 1863, Nicolás Montesino, Beneficiado[14] de la Asunción y Visitador de la isla, manda que se repare y repavimente la iglesia por el mal estado en el que se conservaba, desde la riada de 1770 y las múltiples vicisitudes sufridas, va a estar en un estado tan lamentable que en varias ocasiones se presentan expedientes para la ejecución de las obras de reparación, siendo la reconstrucción del edificio la única alternativa. Durante casi toda la primera década del siglo XX se clausuró la parroquia y se trasladaron los cultos al Casino de Agulo, hasta que en 1912 se comenzó la nueva fábrica realizada por el que era arquitecto diocesano en esos momentos, el motrileño Antonio Pintor-

Por Pablo Jerez Sabater.-
Grupo de Investigación Lhisarte.-

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